La caja torácica está
formada por 12 pares de costillas que articulan por detrás con las vértebras.
Por delante, las siete primeras articulan por delante con el esternón; las
costillas 8, 9 y 10 se van uniendo entre ellas y forman el reborde costal; las
11 y 12 son flotantes.
El diafragma es el músculo
más importante para efectuar la respiración. Durante la inspiración, los
músculos intercostales expanden el tórax en el diámetro anteroposterior y el
diafragma, al contraerse, desciende, y aumenta la altura torácica. Al descender
el diafragma comprime las vísceras abdominales y el abdomen protruye. Los
músculos escalenos, esternocleidomastoídeos y trapecio pueden participar de los
movimientos respiratorios como músculos accesorios (especialmente durante
ejercicios o en insuficiencia respiratoria). Durante la inspiración se genera
una presión intratorácica negativa que hace entrar el aire. Luego, en la
espiración, la misma elasticidad de los pulmones y de la caja torácica hace
salir el aire; esta fase también puede ser facilitada por acción muscular
(intercostales y musculatura abdominal).
En el
interior de la caja torácica se encuentran los pulmones, y en el medio se ubica
el mediastino con el corazón, esófago, tráquea, ganglios linfáticos, timo,
aorta, vena cava superior e inferior.Examen de los pulmones:
Inspección: Se
debe examinar la forma del tórax la frecuencia y el patrón respiratorios, así
como la profundidad y simetría de la expansión pulmonar En cuadros de obstrucción
de las vías aéreas se puede observar, en cada inspiración, una retracción del
hueco supraesternal que se conoce como tiraje;
también puede ocurrir una retracción de los espacios intercostales y la línea
subcostal. En niños con dificultad respiratoria se observa una elevación de las
alas de la nariz que se conoce como aleteo
nasal.
Tipos de respiración:
Normal: los límites
normales de frecuencia respiratoria son de 14-20 en adultos y hasta 44 por
minuto en lactantes.
Respiración
rápida y superficial:
tiene varias causas, entre las que figuran
la enfermedad pulmonar restrictiva, dolor pleurítico y elevación del
diafragma.
Respiración
de Kussmaul:
es la respiración profunda por acidosis metabólica. Puede ser rápida, de
frecuencia normal o lenta.
Respiración
de Cheyne-Stokes:
periodos de respiración profunda alternados con apnea. Este patrón es normal en
niños y ancianos durante el sueño.
Auscultación. Consiste en
escuchar tres tipos de ruidos: (1) los normales que se generan con la
respiración, (2) los agregados (o adventicios) que se agregan en condiciones
anormales, (3) la forma como se transmite la voz normal y la que es pronunciada
en forma de susurro o cuchicheo y (4) ruidos cardiacos.
Murmullo vesicular son
ruidos pulmonares se originan debido al paso de aire por las vías aéreas en la
medida que se generen flujos turbulentos. Esto depende de la velocidad del
flujo y de condiciones que impiden un flujo laminar, como ocurre en la laringe
y la bifurcación de los bronquios mayores, lobares y segmentarios. A medida que
los bronquios se dividen, el área de sección va aumentando, y como
consecuencia, la velocidad del flujo disminuye. Cerca de los alvéolos el flujo
es laminar y no genera ruidos.
De acuerdo a diferentes
estudios, los ruidos que se auscultan en la superficie de la pared torácica se
generan en los bronquios mayores, principalmente lobares y segmentarios. Los
ruidos que llegan a la periferia son de baja frecuencia ya que el pulmón sirve
de filtro para los sonidos de alta frecuencia. Aparentemente los ruidos que se
generan en la laringe no llegan a auscultarse en la pared torácica.
Conviene tener un orden para
auscultar los pulmones de modo de cubrir todos los sectores, sin olvidar de
auscultar debajo de las axilas. Se van comparando sectores homólogos para descubrir
diferencias entre un lado y el otro. A veces ocurre una cierta dificultad para
saber si los ruidos están aumentados a un lado, o disminuidos al otro. Para
desplazar las escápulas hacia los lados se le pide al paciente que cruce los
brazos por delante. El examen se puede efectuar estando el paciente de pie,
sentado o acostado, pero sentándolo al momento de examinar la espalda. Al
examinar al paciente acostado se hacen más notorias las sibilancias y en la
mujer la interferencia de las mamas es menor.
Los ruidos
accesorios (patológicos) principales que se pueden auscultar son los crepitantes
(estertores), las sibilancias y los roncus.
Los crepitantes se crean cuando se abren
o cierran los alvéolos y vías respiratorias más pequeñas durante la respiración
y suelen asociarse con una enfermedad pulmonar intersticial, microatelectasia o
invasión de los alvéolos por líquido.
Las sibilancias,
que suelen ser más acusadas en la espiración que en la inspiración, reflejan la
oscilación de las paredes de las vías respiratorias cuando se reduce el flujo
de aire, como sucede en el broncoespasmo, el edema o el colapso de las vías
respiratorias o bien en la obstrucción intraluminal por neoplasias o secreciones.
Los roncus aparecen
cuando queda líquido libre en la luz del árbol respiratorio; la interacción
viscosa entre el líquido libre y el aire en movimiento produce una vibración
con un tono bajo.
Otros ruidos
accesorios son:
El sonido arenoso
del roce de fricción pleural revela la fricción de las superficies
pleurales inflamadas entre sí, tanto en la inspiración como en la espiración.
El estridor ocurre
sobre todo en la inspiración y es consecuencia del flujo de aire a través de
una vía aérea superior estrechada, como se observa en los lactantes con crup.
Habitualmente se ausculta
con la membrana del estetoscopio. Se le solicita al paciente que respire por la
boca, efectuando inspiraciones lentas y de mayor profundidad que lo normal.
Esto puede llevar a una hiperventilación y alcalosis respiratoria y el paciente
sentir mareos o parestesias, por lo que, a ratos, conviene dejarlo descansar.
En pacientes varones con muchos vellos se pueden generar ruidos agregados por
esta condición. Si llegara a interferir, se puede recurrir a presionar más con
el estetoscopio, o mojar los vellos, o auscultar al paciente sobre una camiseta
o camisa delgada. Nunca debe auscultarse a través de ropa más gruesa.
Los
ruidos cardíacos: al
contraerse los ventrículos, aumenta la presión en su interior y se cierran las
válvulas aurículo-ventriculares, originándose el primer ruido cardíaco (R1)
que está formado por la contribución de la válvula mitral (M1) y
tricúspide (T1). La actividad del corazón izquierdo antecede
ligeramente la del derecho. El componente mitral es más intenso que el
tricuspídeo. Habitualmente se escucha un sólo ruido, pero auscultando en el
borde esternal izquierdo bajo, en algunos casos se logra identificar un
desdoblamiento.
Tanto la apertura como el
cierre de las válvulas dependen de los gradientes de presión que se van generando.
La onomatopeya de estos ruidos es lub-dub (o dam-lop) para el
primer y segundo ruidos respectivamente. De esta forma, al auscultar el corazón
se escucha: lub-dub, lub-dub, lub-dub,... (o dam-lop, dam-lop,
dam-lop...).
Otros ruidos que se pueden
auscultar son el tercer y cuarto ruidos (R3 y R4), que no
siempre están presentes. El tercer ruido (R3) es producido por
vibraciones que se generan al comienzo del llene ventricular, cuando la sangre
entra desde las aurículas; se ausculta después del segundo ruido, al comenzar
la diástole. El cuarto ruido (R4), se atribuye a vibraciones que se
generan por la contracción de las aurículas al final de la diástole; se
ausculta inmediatamente antes del primer ruido.
Palpación.
Mediante la palpación se pueden sentir vibraciones que se generan en el
interior del tórax (p.ej.: cuando el paciente habla). Se siente una discreta
cosquilla en la mano (habitualmente se usa toda la palma de la mano o el borde
cubital). Se le solicita al paciente que repita números o palabras (p.ej.:
treinta y tres). Conviene tener un método para recorrer y comparar los
distintos sectores del tórax. La sensación táctil que se logre depende de
varios aspectos: la intensidad y las características del ruido (p.ej.: el tono
de la voz), la zona que se palpa (p.ej.: cerca de la tráquea se siente más
fuerte), el grosor de la grasa subcutánea, la integridad del tejido pulmonar, y
elementos que se interpongan entre los grandes bronquios y la pared del tórax
(p.ej.: si hay aire o líquido en la cavidad pleural, la vibración se siente
débil o ausente; si existe una condensación neumónica, se palpa más
claramente). Se llama frémito a las vibraciones que se logran palpar, y
que, en términos generales, pueden tener distinto origen: la transmisión de la
voz, algunos ruidos pulmonares, el roce de pleuras inflamadas, soplos
cardíacos.
Otro aspecto que se puede
evaluar es la expansión del tórax durante la inspiración. Se apoyan las manos
en la espalda, una a cada lado, dejando el pulgar a la altura de la apófisis
D10 y se le pide al paciente que respire profundo.
Ocasionalmente al apoyar las
manos sobre el tórax se sienten unos crujidos que se debe a aire que ha
infiltrado el tejido subcutáneo, y que habitualmente se debe a una ruptura de
la pleura. Esto se conoce como enfisema subcutáneo (no debe confundirse con el
enfisema pulmonar que es otra cosa).
Percusión. En la sección
sobre las técnicas del examen físico se revisó lo concerniente a la percusión.
Cuando se examinan los pulmones se usa principalmente el método de la percusión
indirecta. El método directo, ocasionalmente, también puede ayudar. Dependiendo
del grado de insuflación de los pulmones podrá escucharse una distinta
sonoridad. Se recomienda percutir desde zonas de mayor sonoridad hacia aquellas
con sonido mate. De esta forma se delimita la base de los pulmones. La base
derecha es más alta que la izquierda. La incursión del diafragma y el descenso
de las bases pulmonares se comprueba pidiendo al paciente que inspire profundo
y aguante el aire; mediante la percusión, se detecta que las bases se movilizan
unos 4 a 6 cm .
En la región paraesternal
izquierda, entre el 3er y 5º espacio intercostal se percute un área de matidez
que corresponde al corazón.
Cuando existe una
condensación pulmonar o un derrame pleural se escucha un sonido mate al
percutir la zona comprometida.
Si el paciente tiene un
derrame pleural, y se examina sentado, presenta una matidez en la base del
pulmón afectado, que hacia la línea axilar asciende, determinando una curva
parabólica de convexidad superior (curva de Damoiseau). Si el paciente
cambia de posición, la matidez se desplaza en la medida que el líquido no esté
tabicado. El sonido mate de un derrame pleural se ha llamado también matidez
hídrica por el carácter seco o duro del sonido.
Si existe un neumotórax, el
ruido que se obtiene al percutir es de una hipersonoridad. Si el neumotórax es
a tensión, el ruido podrá adquirir una tonalidad más timpánica y el mediastino
encontrarse un poco desplazado hacia el lado opuesto.
En pacientes asmáticos, que
atrapan aire y tienen un tórax hiperinsuflado, o en enfermos enfisematosos, la
percusión de los pulmones es sonora o hipersonora. El carácter hipersonoro se
capta bastante bien con la percusión directa. Las bases de los pulmones
habitualmente están descendidas y la incursión de los diafragmas es limitada.
La espiración es prolongada por la dificultad para expeler el aire. Algunos
pacientes enfisematosos fruncen los labios durante la espiración de modo de
ejercer un efecto de válvula que mantenga la vía aérea más distendida.
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